Como es lógico, los actos religiosos son una de las partes importantes en el transcurrir de la Cofradía. Tienen lugar en torno a la cuaresma y se intensifican en la Semana de Pasión.
Todos los viernes del periodo de la Cuaresma se rezan las Vísperas después de la eucaristía, este conjunto de oraciones sirven de preparación para la Semana Santa.
El Triduo que cada año tiene lugar el Lunes, Martes y Miércoles Santo, se trata de tres días de celebración litúrgica, oficiada por el sacerdote, en honor de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, del Santísimo Cristo de la Agonía y de la Santa Cruz Desnuda; a ellos, los cofrades asisten revestidos con el hábito de la cofradía. Este Triduo, en un principio dedicado únicamente a la imagen titular, se celebró por primera vez un año después de la fundación de la cofradía, pero unos años más tarde por la falta de asistencia se perdió. En 1986, con el renacimiento de la cofradía, se recuperó y se decretó que el Miércoles Santo fuese el día en el que se realizase la imposición de medallas a los nuevos cofrades, de esta forma se incorporan plenamente a la hermandad. Durante varios años los niños eran los protagonistas del Triduo, ya que mediante sus dibujos explicaban a los asistentes como entendían las lecturas del evangelio de cada día; otros años actuaba la banda de cornetas y tambores de la cofradía a la finalización de la liturgia.
El Jueves y Viernes Santo se celebran los Santos Oficios Divinos por parte de nuestro consiliario, el párroco de la Iglesia Parroquial de Santiago el Real, a ellos los cofrades también acuden revestidos con el hábito de la cofradía.
La semana de pasión no tendría sentido sin la Resurrección de Cristo, por ello el Sábado Santo a las once de la noche se celebra la Vigilia Pascual, en la que se conmemora el momento de la Resurrección.