Fue realizada por el escultor zamorano Ricardo Flecha Barrio (Zamora, 1957) en 1995, por encargo de nuestra cofradía para sustituir a la que procesionaba desde 1949, de reducidas dimensiones y escaso valor artístico.
La Cruz se compone de dos puntales redondeados de madera de pino, astillados parcialmente, quedando la madera rugosa al tacto y a la vista, dotando a la obra de una mayor expresividad. El autor incorporó arandelas de hierro en los brazos del madero, y tres clavos de forja para simbolizar el dolor sufrido por Cristo, sin que fuera necesaria su representación. El paso se completa con un sudario anudado alrededor de la Cruz y dos angelotes a sus pies que portan en sus manos los símbolos de la Pasión. La unión de modernidad y tradición, combinando el hierro y la madera, hacen de esta Cruz, una obra de singular configuración, enmarcada en los cánones de la plástica contemporánea. Una curiosa anécdota es que se presentó oficialmente otra cruz, algo más estrecha y de tono verdoso, pero en la Semana Santa de 1995 ya desfiló la actual, más robusta y expresiva.
La cruz tradicionalmente ha simbolizado la unión de los opuestos, la conjunción de los cuatro puntos cardinales, la muerte y redención conjuntas, al igual que el Α (alfa) y Ω (omega) del sudario representan el principio y el fin.
La antigua Cruz Desnuda en un principio fue escoltada por cofrades, pero poco después fueron miembros de la O.J.E. los que la acompañaran durante varios años, hasta que de nuevo la cofradía se responsabilizó de procesionarla. Participa en la procesión del Silencio, en la tarde del Viernes Santo.
Aprovechando la creación de esta nueva cruz, se realizó una nueva carroza y se le añadieron dos Angelotes que portan los símbolos de la Pasión, uno la corona de espinas y otro los tres clavos; de esta forma quedó completamente renovado el paso. En el año 2010 se añadieron a la misma unos detalles en color plata a los que ya tenía en nogal. En esta carroza también desfile la Borriquilla.
Actualmente se encuentra en la primera capilla del lado del evangelio de la Iglesia de Santiago el Real, junto con el Santísimo Cristo de la Agonía, pero durante algunos años estuvo en depósito en el Centro Cultural San Vicente Ferrer, hasta que se decidió en Cabildo General volver a situarla en su ubicación presente.